mayo 08, 2011

Como parte de su campaña por una educación no sexista, el Comité de América Latina y el Caribe por los Derechos de las Mujeres expone en la Librería de Mujeres los resultados de un concurso para hacer visibles las brechas en el acceso a la educación que separan no sólo a varones y mujeres, sino también a niños y niñas de una región o de otra en detrimento de quienes están más alejados de los centros urbanos. Se presentaron más de 400 trabajos que cuentan a través del arte lo que cifras desnudas a veces ocultan

Apoya un solo pie, camina descalza, en puntillas. Hace equilibrio sobre un hilo tan frágil como el del globo que encierra su frase célebre: “Perdón”, “Perdón”, “Perdón”. La otra pata, a 45 grados, y los brazos, sostienen un gato, un despertador, un ficus y seguramente muchas otras cosas invisibles, intangibles, pero pesadas, cargosas.

Esta pieza de humor gráfico estará colgada cerca de otras obras y de muchas fotos como las que envuelven esta nota. Desde el jueves 14, en un espacio nuevo que inaugura la Librería de Mujeres, Pasaje Rivarola 133.

Con esta propuesta, Cladem (Comité de América Latina y el Caribe por los Derechos de las Mujeres) da una lección más en un nuevo tramo de la Campaña regional por una educación no sexista y antidiscriminatoria que en diciembre cerrará su ciclo. Abarca los países de Centro, Sudamérica y Caribe, donde se habla castellano.

“Buscamos una educación que construya relaciones de respeto, igualdad y cooperación entre los géneros, que afiance una cultura de derechos humanos y que no valide ni reproduzca estereotipos, prejuicios e inequidades. Que refleje las distintas culturas que conviven en éste, nuestro continente, uno de los más ricos y de los más pobres a la vez”, enumera la consigna.

La muestra se suma a otras acciones generadas para despertar conciencia sobre la formación basada en patrones machistas y conservadores. Es decir, pensada desde una perspectiva feminista. Como la generación de un portal (www.educacion-nosexista.org) y un boletín donde se reflejan experiencias regionales, “buenas prácticas”, como diría la ONU, y otras que no lo son tanto, sobre todo para inspirar a las y los docentes, contagiarles perspectiva de género. También elaboraron diagnósticos, país por país, que arrojan esas realidades concretas que las cifras oficiales nunca llegan a sondear. Mientras, se formulan qué hacer con el abismo que existe entre el avance formal hecho en la letra fría de leyes y tratados, y la práctica.

Son parte de un concurso motivado para ponerle carne, caras y escenarios a esta preocupación. La convocatoria superó las expectativas: llegaron 400 trabajos desde muchos países, hasta de Egipto y España. El jurado estuvo integrado por Rep y Diana Raznovich (humoristas gráficos), Ananké Asseff y Julio Pantoja (fotógrafos) y Susana Chiarotti Boero (por Cladem).

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